Las placas de inducción y vitrocerámica son las soluciones más comunes en todo tipo de cocinas. Con ellas es posible elaborar todo tipo de recetas calientes en un tiempo récord y sin ningún riesgo, pues ya están diseñadas para funcionar a la perfección tanto en los hogares como en las cocinas profesionales.
Sin embargo, a la hora de escoger entre estas dos opciones, suelen surgir cantidad de dudas. ¿Cuál es la más interesante para tu cocina?, ¿cuáles son las diferencias más importantes entre una y otra? En este artículo te ayudamos a conocer todas las cualidades que hacen a las placas de inducción y vitrocerámica soluciones diversas con funcionamientos dispares.
Las placas de inducción y vitrocerámica, ¿cómo son?
Antes de adentrarnos en sus diferencias, queremos definirte qué es y cómo funciona cada una de estas soluciones para cocinar. En ambos casos estamos hablando de aparatos que se integran en las cocinas y que generan calor para que podamos elaborar recetas con sartenes, ollas y demás utensilios. Lo que ocurre es que lo producen de formas diversas y tienen sus propias particularidades.
Independientemente del sistema que escojas, podrás hacer las mismas labores en tu vivienda. Solo que empleando métodos e incluso recipientes diferentes. Puedes encontrar variedad de recetas deliciosas en lacocinadelucia.com para practicar tus habilidades culinarias y tendrás la oportunidad de reproducirlas en cualquier placa, así que no importa tu elección, solo es cuestión de gustos.
La placa vitrocerámica
La vitrocerámica es una placa lisa de cerámica vitrificada que tiene, en su parte inferior, varias resistencias conectadas directamente con la red eléctrica de la vivienda. Gracias a estas resistencias se genera un calor que se refleja en la placa y que traspasa a las sartenes o cazuelas que coloques encima de ella. Se trata de la evolución directa a la cocina de gas, un sistema que prácticamente quedó en la obsolescencia con su llegada.
La placa de inducción
La inducción también nos presenta una placa de cerámica vitrificada, pues se trata de la siguiente evolución a la vitrocerámica. En su parte baja no se ven las resistencias que generan calor, sino que se produce un campo magnético que aplica la temperatura elevada directamente hacia el recipiente. Es decir, que si tocas la placa no te quemarás ni sentirás calor.
Las diferencias entre la inducción y la vitrocerámica
El aspecto de estos dos electrodomésticos es muy parecido porque tienen una placa lisa en la superficie. Sin embargo, como ya hemos visto, la forma de producir el calor y permitirnos cocinar va a ser diversa. Esto hace que tengan muchas particularidades y características diferentes, por lo que conviene conocerlas bien antes de elegir cuando se va a diseñar una cocina nueva. Te mostramos cuáles son.
Los sistemas para crear el calor
Los sistemas para crear calor son la diferencia más importante, porque es lo que va a afectar a todo lo demás. La cuestión no es solo que la vitrocerámica utilice la red eléctrica y la inducción el campo magnético, sino que la primera calienta la placa en sí y la segunda lleva el calor directamente al recipiente. Por lo tanto, también diferente en la forma de transferencia.
El tiempo de espera
La vitrocerámica va a tardar un tiempo en generar el calor suficiente para cocinar, lo hará paulatinamente y una forma algo más natural. Por su parte, la inducción es capaz de calentar en recipiente en un instante y el proceso de cocinado será más rápido. Esto significa que una olla con agua va a ponerse a hervir mucho más rápido en la cocina de inducción, no obstante, esto puede crear dificultades para crear ciertas recetas a fuego lento. El efecto contrario también es muy similar, pues la vitrocerámica permanecerá caliente minutos después de ser apagada, mientras que la inducción va a enfriar casi al momento.
La seguridad
La seguridad está muy relacionada con los puntos anteriores. Si bien es cierto que ambos sistemas son bastante seguros, sobre todo si los comparamos con las cocinas de gas, la de inducción es todavía menos arriesgada. Tocar la placa con la cocina encendida no es un riesgo, ya que solo transmite el calor a las sartenes y mucho menos habrá problemas justo después de apagar el sistema. En cambio, la vitrocerámica nos puede quemar al contacto mientras está encendida e incluso un tiempo después, hasta que se vaya del todo el calor residual. Este punto es crucial para los que son un poco torpes y, sobre todo, para los que tienen niños pequeños en casa y quieren extremar las precauciones.
La forma de limpieza
La limpieza de los dos tipos de placas es muy sencillo y se puede hacer con paños y con productos especiales para este electrodoméstico, cualquier supermercado los vende. Sin embargo, hay una parte que es bastante más práctica en los sistemas que son de inducción. Si una cazuela se derrama o sale el agua por fuera, podremos retirarla al momento de la superficie sin temor a quemarnos. También se puede limpiar de manera instantánea después de cocinar para evitar que los residuos se queden pegados y sea más costoso con el tiempo. En las vitrocerámicas es más complicado porque hay que esperar a que se atemperen de nuevo.
El consumo energético
Las placas de inducción son mucho más eficientes energéticamente. Con ellas es posible calentar un recipiente en tiempo récord sin gastar una gran cantidad de energía, mientras que a las vitrocerámicas les va a costar más en todos los sentidos. Es un punto a tener en cuenta en el día a día de la economía doméstica.
Los tipos de recipientes
Hemos visto algunas diferencias que hacen a la inducción una solución más eficiente, como la seguridad o el consumo de energía. Sin embargo, esta cualidad que las hace tan dispares convierte a la vitrocerámica en una solución más práctica. Con ella se puede utilizar todo tipo de sartén, cazo o cuenco de barro para hacer recetas de todos los gustos. Sin embargo, al comprar una placa de inducción hay que cambiar toda la batería de cocina al completo. Estas solo admiten utensilios especiales que son compatibles con dicho campo magnético y en los demás no va a hacer efecto.
El precio
Las placas de inducción son más sofisticadas y más eficientes en muchos aspectos. Por esta razón suelen presentar precios considerablemente más elevados que las vitrocerámicas. Aunque saldrán rentables con el tiempo porque consumen menos, la inversión inicial también es un punto a tener en cuenta que diferencia a estos dos sistemas.